Mi Cristo Roto la experiencia en Santa María Guadalupe
El pasado viernes 11 de abril, el arte y la espiritualidad se encontraron en un escenario poco convencional, pero profundamente simbólico. Nuestra producción de Mi Cristo Roto fue presentada en la iglesia de Santa María de Guadalupe, Puebla, México, donde se dieron cita diversas personas conformadas por jóvenes, adultos y adultos mayores quienes disfrutaron de una experiencia diferente.
Con puntualidad se dio la tercera llamada, para "abrir el telón" y empezar la función, era un momento de encontrarnos con un nuevo público y además era un momento de introspección compartida.
Presentar esta puesta en escena dentro de un templo, siempre supone un reto técnico y artístico, las luces del templo se apagaron y se prendió la iluminación de nuestra producción. Fue una oportunidad para llevar el teatro a un nuevo foro, al corazón de la fe y la comunidad.
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Foto: Cortesía de los Padres Siervos de Jesús |
Los mensajes de un Cristo Roto que habla desde la rota humanidad
Mi Cristo Roto no es una historia tradicional: es una meditación viva sobre el dolor, el perdón, la esperanza y la redención. En su figura quebrada, ese Cristo Roto representa la condición humana, nuestras fallas, heridas, y la constante búsqueda de reconciliación. A través de la obra, el mensaje del P. Ramón Cué llega al espectador para tocar su propia fragilidad y se pregunta: ¿Qué parte de mí necesita ser reparada?
La espiritualidad en esta obra no se impone; se revela. El teatro permite que la relación personal con la fe emerja. La historia invita a considerar cómo, incluso desde nuestras roturas más profundas, podemos encontrar consuelo y fortaleza.
Perdón, Redención y el Camino de Regreso
Uno de los pilares narrativos de la obra es el perdón. No un perdón superficial, sino ese que comparte Dios Padre con Su Hijo y que quiere que toda la humanidad conozca su misericordia. Mi Cristo Roto nos recuerda que nadie está exento de errores, pero también que nadie está fuera del alcance de la redención del amor de Dios, de esa mirada que necesita el mundo que muchas veces olvida mirar con compasión.
En el rostro del Cristo Roto, muchos vieron reflejada su propia historia, y eso hizo que la obra se convirtiera en un espejo: incómodo, honesto, pero también lleno de esperanza.
Teatro como espacio de reflexión personal
El público, observó, se involucró y se conmovió. Al finalizar la función, muchos quedaron en silencio. Otros, con lágrimas. Soponemos que el mensaje removio a más de uno en su interior. Y es normal que en esta representación al final tarden los aplausos en llegar.
Uno de los propósitos de FomArte es llevar el teatro a espacios no tradicionales. Sabemos que muchas personas no acuden a una sala teatral de compañías independientes, pero es gracias a los sacerdotes de llevar estas producciones a nuevos publicos, es llevar arte y mensajes de esperanzas. Por eso, decidimos acercar el arte al corazón de sus realidades. La presentación en la iglesia de Santa María de Guadalupe permitió presentar los mensaje del teatro reflexivo al público que esta deseoso de este tipo de trabajos escénicos.
El teatro fuera de sus muros tradicionales cobra un nuevo significado. Se vuelve más íntimo, más cercano, más humano. En ese sentido, la obra de Mi Cristo Roto encontró un público dispuesto a mirar con ojos nuevos una historia de siempre, contada con el lenguaje sensible del arte.
Gracias a la invitación de los padres Siervos de Jesús pudimos llegar a públicos que quizá nunca habían vivido una experiencia teatral, o al menos, en este formato, pero que encuentran en ella una forma nueva de entenderse y de expresar su fe.
La colaboración con parroquias, escuelas, centros culturales y organizaciones civiles es parte esencial de nuestra visión. No buscamos solo presentar una obra; buscamos abrir un espacio de conversación y encuentros con el Arte, donde lo Bello, lo Verdadero y lo Bueno se trasmiten.
¿Te imaginas lo que podría suceder si llevaras esta obra a tu comunidad? ¿Qué conversaciones podrían surgir después de verla juntos? En FomArte, creemos que el teatro no solo entretiene: transforma, interpela, construye y forma. Si deseas llevar una experiencia como Mi Cristo Roto a tu comunidad, escuela, parroquia o espacio cultural, estamos listos para acompañarte.
¿Te animas a reflexionar con nuestras producciones teatrales? ¿Te gustaría vivir esta experiencia en tu comunidad? Escríbenos. Llevemos juntos el arte a donde hace falta mirar hacia adentro.
Vive el Arte de Ser Humanos.
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